Monstruos que retozan en este sitio:

lunes, 2 de julio de 2012

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Contó las hojas que caían y las imaginó desplegar esa última instancia de vida, en una danza frenética que culminaba cuando con suavidad se posaban sobre el césped. Así lograba sumergirse en la savia de su sueño, contando historias, inventando vidas. Patricia era un demiurgo que habitaba en el cuerpo de una mujer. Su vida cautiva en carne y hueso era sólo liberada en la alfombra de Morfeo, cuando llegaba a su tierra se desprendía de los músculos desgajándolos uno por uno, acomodando los huesos unos arriba de otros para no perder el tiempo en recomponerse a la hora de regresar.
Cuando el cuco esa noche entró para robar su sueño, nunca supo que aspiraría la energía brutal de su imaginación cautiva, se acercó y la besó en los labios, cerró los ojos y acarició su cabello esperando el sueño que él no podía crear y que ansiaba poseer. Fue demasiado para él.
Los labios ardieron en llamas. Desesperado se separó e intentó con desesperación sacar de su sistema esa energía cósmica que le quemaba las entrañas. Grito enloquecido haciendo temblar los cimientos de la casa.
Patricia, sin intuir que sus sueños querían ser profanados, nadaba desnuda en aguas verdeazules, bebiendo la sangre de Morfeo que licuada con hojas de menta y rodajitas de frutilla, constituía el elixir que necesitaba para no escapar de su molde humano.
Cuando regresaba rearmándose percibió el olor a quemado, se despertó cubierta con hollín y sin saber porque se sentó a llorar. Su boca sabía a beso amargo, a sueño destrozado.
Se durmió nuevamente, y lo soñó, y lo rearmó, y al hacerlo sus manos desarmaron el fuego del hombre convirtiéndolo en un espeso brebaje bermellón que volcó en la venas del cuco que ante tal caudal de efervescente calor se aventuró a los sueños del demiurgo devenido en hembra y vivió en ellos, besándole las manos cuando la tenía presente, y en su ausencia, eviscerando pesadillas con un cuchillito de manteca.


Este texto va dedicado a Patricia Nasello.
Patricia: no tenía nada en mente para publicar en mi blog
pero tu perfecta narrativa e imaginación hacen que las ideas sobrevengan.
Pido disculpas por haber utilizado tu cuco para escribir este cuento.

8 comentarios:

Peregrino dijo...

¡¿Y ahora como hago para dormirme...?! Todavía no conozco a Patricia pero por tus comentarios veo que vale la pena, próximamente la visitaré. Lo tuyo es impecable y cada vez más exquisito. ¡Felicitaciones y abrazo!

Bee Borjas dijo...

Te das cuenta, Diana? Yo lo sentí en cuanto las conocí a ambas...
Patricia y vos, son esa clase de personas que operan milagros en los demás. Son como dos hadas que sacuden la varita mágica y todo cambia de color. Y los días son más dulces y las ganas de seguir creando crecen y se expanden por el espíritu.
Gracias a las dos. Gracias por andar por esta vida inspirando a los demás.
Maravilloso cuento, morocha! Con tu permiso lo publico en el muro de Facebook!
Besos embrujados, mujer linda!

LA ZARZAMORA dijo...

Quien tuviese un cuco para eviscerar pesadillas, y alimentar sueños.

Divino, como siempre, bella mujer.

Un beso.

Gala dijo...

Tanto tú como Patricia teneis un estilo personal y al a vez mágico.
Con vuestras letras sois capaces de dibujar estampas que erizan el bello.

Personalmente me gustó mucho tu cuco, no sé si supe interpretar bien las letras, pero me da la sensación que a veces soñar no es tan buena idea... despojarse del cuerpo para viajar a otras estancias donde el fuego abrasa y nada está en calma... o dejarse llevar por las bellas praderas.

Los sueños son como el reflejo del subconsciente maquinando a sus anchas. Unas veces nos reconforta y otras, las pesadillas que nos regala no nos dejan cerrar los ojos por nada.

Besitos mediterráneos

Patricia Nasello dijo...

MUCHÍSIMAS GRACIAS, DIANA!!!!!
Un cuento precioso que, en esta mañana tan fría de Córdoba, me instala un sol en el alma. Ah, cuánta falta me hacía esta calidez amiga.

peregrino, Gala, Bee, gracias por vuestras palabras.

Yo también me lo llevo a mi facebook querida amiga!!!!

A veces sucede esta magia: no sabíamos cuánto precisábamos algo hasta que lo tenemos en nuestras manos y en nuestro corazón.

Un fortísimo abrazo

la MaLquEridA dijo...

Imagino que si no tenías nada que escribir y saber de cuco hiciste este buen post, te felicito.


Un abrazo.

Carlobito dijo...

Necesité averiguar que es un demiurgo... así todo cobró mayor sentido.

Buenísimo amiga.

Abrazo fuerte.

Enmascarado dijo...

Esto es "sencillamente" precioso. Nunca te había leido con tanta profundidad ni con este estilo tan decorado, pero has creado una historia de amor maravillosa, donde amantes y dioses encuentran el punto para llegarse a tener.
Verdaderamente meritorio.
Trataré de recuperar mi lectura de Patricia, que durante un tiempo la tomé como asídua, pero su blog, se paró y perdí la pista.
Me encantó volver para encontrar esta joya, escarcha.

Un abrazo

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