Monstruos que retozan en este sitio:

miércoles, 23 de mayo de 2012

La gotera (2ª parte)


Lunes: la mancha de humedad reaparece.
Maldice en voz baja desde la cama, ¡ya la había olvidado!
Se duerme.
De nuevo el sueño erótico, esta vez quiere escapar, lucha por abrir los ojos y escapar de las manos calientes, se despierta gritando, el calor en la habitación la ahoga, corre por la oscuridad hasta el interruptor y prende la luz. La habitación está sumida en una gruesa niebla, la mujer grita aterrada.
Lo primero que le viene a la mente es que algo podría estar quemándose, revisa nerviosa cada una de las habitaciones, cuando llega al salón se da cuenta de que no percibió olor a quemado. Reacciona más lucida, desenlazada por fin del sueño, no entiende que pudo haber pasado, regresa sobre sus pasos, cauta. En la habitación no hay rastros de la niebla, el piso está seco, se sienta en la cama desorientada, llorando de miedo, de soledad, confundida.
-Estoy enloqueciendo- piensa y algo hace que la mirada se desvíe hacia el vidrio de la ventana… ¡está opaco, empañado, las gotas comienzan a surcarlo!
La pantalla del televisor está en idéntico estado.
¡No estuvo soñando! Mira el techo y la mancha, nítida, parece burlarse groseramente.
¡El vecino de arriba intenta matarla! ¡Seguramente inocula en su habitación alguna especie de gas! Inspecciona el techo parada sobre una silla (las marcas mojadas de manos, en su ropa interior, comienzan a disiparse).
Esa mañana no va a trabajar, en cuanto escucha ruidos arriba se apresura por las escaleras y lo enfrenta casi llorando, presa de un ataque de nervios. Le recrimina la gotera en su pieza. El vapor que la despierta ahogándola.
El hombre la observa impávido. En voz baja la promete arreglar lo que sea que sucede. Le jura ir en busca de un experto en ese mismo momento. Le pide disculpas casi escondiendo la cabeza entre los hombros.
La mujer se calma. Regresa a la casa arrepentida. Llorando alarmada por su estado emocional. La mancha, aun nítida, parece mirarla avergonzada.
Se acostará temprano e intentará descansar, toma un alplax y se acuesta.
El sueño ronda su habitación, es tan palpable que puedo predecirlo parado junto a su cama observándola. Con la última luz de claridad se recrimina que lo onírico no tiene corporeidad, está soñando, ya casi está dormida. Pero lo percibe. Intenta despertar, se ahoga, lo que se encuentra a su lado se recuesta sobre ella y esa lengua, introducida a la fuerza en su boca, la asfixia, la quema, la sofoca.


CONTINUARÁ

8 comentarios:

Chaly Vera dijo...

La soledad engendra una diversidad de sueños...

Estare atento...

Besos

Shorby dijo...

Bueno bueno... a ver cómo continúa!

Besotes

Anónimo dijo...

Hola Escarcha , comento aquí por el otro post anterior , la verdad es que esta muy interesante , estoy que me como las uñas , espero pronto el desenlace , besos de Lm.

Peregrino dijo...

Muy buena la continuación pero queremos más (te imagino esperando el viernes para ver como continúa la novela..., ahora te comprendo mejor)

Bee Borjas dijo...

Ahhhhhhhhh!!!!
Esto me pone muy nerviosa!!!
Me ponés los pelos de punta como cuando leía a Stephen King... Ustedes escriben el terror con la cotidianeidad y eso lo hace más pavoroso aún!!!
Aquí espero, aferrada al monitor.
Besos embrujados, genia! :)

Enmascarado dijo...

Pues yo...continuo leyendo.

A ver que saldrá.

Un abrazo

MIMOSA dijo...

¡Qué angustia, por dios!Hay una delgada línea que separa la realidad del sueño, y en ella nos tienes aferrados como un péndulo, ¿hacia dónde nos dirigirás? Temo, pues tu imaginación no conoce límites!

Besosssssssssssssss

LA ZARZAMORA dijo...

Esas manchas en la pared son obsesivas para muchos...
De todas formas no sé,no me fío del vecino.

A ver qué pasa...
Sigo.

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