Monstruos que retozan en este sitio:

lunes, 6 de junio de 2011

Diosas de la noche, carne para las hienas.

María y Cándida trabajan limpiando las oficinas del Sector C de administración. Es viernes y entre risitas comentan los planes nocturnos.
El pago semanal se hará a las seis de la tarde y tienen siete horas más para ir de compras y pasar de ser cenicientas a princesas rabiosas de poder.
Con el escaso sueldo que cobran se las arreglarán para comer algo liviano y comprarse unos zapatos que figuran en liquidación. Están seguras que esa noche será "la noche". Les brindarán al oscuro submundo de la algarabía el perfecto espectáculo de dos diosas adolescentes deseosas de aventuras, amores y bailes lujuriosos.
Mientras se visten, Juan llega con una botella de cerveza.
¡Juan es lindo! Tiene esos ojos azules que martirizan a cualquier niña y una charla que se adecua a cualquier edad.
Ellas lo han escuchado hablar de cirugía de alta complejidad con unos médicos del Sector C de administración y luego conversar con ellas del rock chabón que se mastica los viernes a la noche para relajar la mandíbula que se tensa durante la semana.
Juan, es un buen tipo. Se muestra atento. Se ha llegado hasta la casilla que comparten para ahorrar gastos y les lleva cerveza, para salir a bailar contentas, y con toda la "buena onda".
¡Si!, Juan es un tipo que tira buena vibra.
Les ofrece llevarlas y en el auto hay más bebidas. Unas azules de sabor dulzón, otras verdes que queman y un polvo blanco que él les invita a aspirar.
María y Cándida son dos niñas con suerte, esa noche serán mujeres de pechos perfectos que doblegaran a cuanto hombre se cruce en sus caminos.
María y Cándida se ríen divertidas y prueban el fruto prohibido que les abrirá los ojos a una dimensión desconocida de placer carnal.
Saltan, se avientan a ello. Nada en este mundo les será negado.
Son diosas de la noche con mirada gatuna.
Ninguna quiere arruinar la noche de la otra.
Ninguna acepta que los mareos son cada vez mayores y que el estómago está a punto de reventar.
Los ojos gatunos se pierden en un sueño conciliatorio.
Un pequeño descanso y estarán como nuevas.
Sólo basta cerrar los ojos y descansar unos minutos.
María se despierta con la voz de Cándida que la llama. No logra reconocer el habitáculo donde se encuentra o el lugar desde donde le llega la voz de su amiga.
El dolor que el cuerpo le manda, como ondas destructoras a su cerebro, es algo que a duras penas logra controlar.
Se incorpora, está en una cama maloliente, con un líquido pegajoso en la zona abdominal.
El dolor es profundo. Llora. Corre la sábana y descubre una herida suturada con un cosido rústico en la zona derecha de su vientre.
Un alarido agudo le lastima la traquea en un intento por entender.
La aguja aun está clavada en un punto que no fue cerrado en su totalidad.
-María no grites- le susurra Cándida, regresándola a la realidad brutal, y la busca con la mirada tratando de encontrarla entre la penumbra.
Se levanta como puede, camina hacia la entrada. La pieza es pequeña, oscura, y huele a muerte.
La puerta se abre y reconoce la silueta de su amiga.
Llora al verla y le extiende los brazos para abrazarla, pero Cándida la detiene.
-No te acerques. No me mires- le ruega -Vamos a salir de aquí.
-¿Qué te hicieron?-llora la niña, intentando alcanzar a su amiga que se aleja presurosa, tropezando en la oscuridad del pasillo, buscando la salida a esa trampa mortal.
Le duele la herida, camina con dificultad, pone la mano arriba de la enorme aguja para que no se enganche con nada, intenta no mirar y llora.
-Mami- grita desesperada- Mami- solloza en un intento sobrehumano por responder con fuerzas y no sucumbir al dolor y la sensación de perdición.
-No grites María- le ruega la niña que va delante.
Llega a la puerta y la abre, afuera está la salvación, una oscura noche rodea el lugar y la calle está desierta... ¡pero es la salida!
María se ajusta la sábana a su cuerpo desnudo y herido. Sale.
Aun no le ha visto el rostro a Cándida, siempre se mantiene en los ángulos oscuros y su silueta tiembla, no atraviesa el umbral.
-Vamos- la incita y le tiende la mano.
-No María, hasta aquí llego, corre y busca ayuda.
La muchacha se horroriza ante la idea de dar un paso más allá sin su compinche.
Quiere acercarse y Cándida cierra la puerta y le grita.
-¡Corre María! pueden estar por regresar… corre y busca ayuda.
Un auto se acerca.
La desesperación se apodera de la adolescente que llora adolorida y sumida en un trauma profundo cruza la calle alienada, gritando a rabiar, corriendo ya sin sentir como la aguja se enreda en la sábana y tira de los puntos haciéndola sangrar.
Contarte como María consiguió ayuda está de más.
Tú, lector, lo puedes imaginar: el horror, el dolor, el instinto de sobrevivencia, la fuerza de una adolescente y sus ganas de vivir.
La casa estuvo rodeada por la policía en menos de una hora. La ambulancia, con ella en su interior, se trasladó al lugar para rescatar a la otra niña que seguía prisionera en el lugar.
Le hablaron del tráfico de órgano y que tendrían que hacer una serie de estudios para saber que le faltaba a su cuerpo.
La sola idea de que le podían haber robado un pedazo de su cuerpo no tenía cabida en esa mente de niña inocente, como tampoco el hecho de que su amiga había tenido una suerte peor.
Cándida estaba muerta.
Le habían sustraído el hígado, riñón y los globos oculares con tanta saña que su cuerpo estaba prácticamente destrozado.
La doctora que intentaba calmarla le explicó que era imposible que Cándida la hubiese ayudado en su escape porque el cuerpo llevaba muerto varias horas.
¡El cuerpo llevaba muerto varias horas!
No era posible, ella estaba segura que su amiga se había arriesgado a todo para salvarla.
La aguja se insertó en el brazo y la calma llegó en cuentagotas.
Se desdibujó su entorno.
Sentía como la doctora le acariciaba el cabello y pudo verla detrás.
¡Su Cándida la miraba desde atrás!
Intentó levantar el brazo para señalarla y que los otros pudieran verla también, que estaba viva, que era su ángel guardián… pero el sopor de un tranquilizante endovenoso, la sumió en el más profundo y triste de sus sueños.
La pesadilla había comenzado y tardaría en terminar.

12 comentarios:

Bee Borjas dijo...

Bravísimo amigaza! Intentè dejarte comment en ArteLibertino (ayer) pero no sè si lo publicó. (Estoy en casa con una gripe feroz y mi PC es más lenta que la tortuga Manuelita)
El cuento es de una crudeza y una realidad despiadadas. No hace más que narrar con honestidad brutal un tema repulsivo y letalmente cotidiano.
Esta publicación es dobelmente valiosa. Por un lado destaca un costado tuyo muy poderoso y por otro tiene el efecto de una denuncia, que ayuda a "no" acostumbrarse a vivir permitiendo estas aberraciones.
Enhorabuena Escarcha! Un abrazo de cariño y admiración! :)

Unknown dijo...

Por allá te dejé mi comentario, querida Diana.

Male dijo...

Contágiales con tu arte con "A" y sobre todo: Q nada te permita DEJAR DE SER...

Abzs del alma, buen comienzo de semana, Di,

Male.

Carlobito dijo...

Lo leí amiga, quedó genial.

Saludos.

Alma Mateos Taborda dijo...

Voy para allá a dejar mi comentario. Te sigo. Un abrazo.

Andri Alba dijo...

Mujer, pero. pero, pero Dios mío. Ay,ay que me da!! No paré de leer hasta el final. No tengo palabras. Me he sentido identificada con la forma en que él la trataba. Mi ex solía pasarme la mano así como quien acaricia un perro. Ahora lo entiendo, nunca iba yo a poder hacer algo con lo que él se sintiera en verdad conforme, por eso nunca funcionaba y como yo le amaba...ay Dios mío! Escarcha, me gustó mucho lo de la quinta pata al gato. Eso es algo que lo digo mucho.

Un abrazo y ahora sí es verdad que la adoración será mutua.

Andri Alba dijo...

Me falta la historia de la revista. No me la pierdo ni loca.

escarcha dijo...

tu blog no me deja comentar Andri
asi que te contesto aquí.

Por que tenemos que estár encasillados en un molde? Quien es Dios para decirnos que debemos ser, cuando lo seremos y si tenemos que nacer y morir con la misma personalidad como taladro en la frente? Cambiar de nombres y rostros es la forma de seguir en constante investigacion de lo que somos. Me gusta tu forma de ser Andri Alba, Angel Negro y cuantas formas quieras adoptar. Porque en el cambio está la vida y uno es dueño de meterse en los personajes que la mente descubra, invente, resucite, regurgite o diseñe con photoshop o corel draw!!!

UN ABRAZO ADMIRADO MI NIÑA!!!!!
y mi correo es beladiana@arnet.com.ar

escarcha dijo...

gracias por pasar amigos
ALMA MATEOS ya mismo me paso por tu blog, gracias por haber visitado el mio.

Gala dijo...

Madre mia que historia! me has puesto los pelos de punta.
Tienes mucho arte para engancharnos en un suspense dramático que nos atrapa...
Siento dejarte el comentario aqui...
Pero no he podido en el otro lado.

Besos mil.

Ricardo Miñana dijo...

He leido lo que has escrito, mis felicitaciones muy bonito.
que disfrutes el finde.
un abrazo.

MORGANA dijo...

ESCARCHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA...bravo por tu historia y por la publicación.Espero que sigas por ese camino y participes en una revista.
me alegro muchísima.
Mil besos.

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