Monstruos que retozan en este sitio:

viernes, 9 de julio de 2010

TODO POR ELLA (Seguimos II)

Descuartizarlas es algo automático.
En cambio verlas morir lo arrastra a las entrañas del infierno.
El tajo en la garganta y luego las manos como garras tratando de asirse a algo para no caer, para no dejar escapar el último suspiro que a gorjeos graves se avienta por la herida.
Si él muriese el mundo giraría solemne entre algodones de azúcar de color rosa.

Dos perros ladran y se pelean en el fondo de la casa, aún no está tan borracho como para no alarmarse y sale a ver que pasa.
Se muerden encapsulados en una lucha titánica por un pedazo de cabeza semienterrada.
El pelo rubio y largo está esparcido en mechones gruesos por todas partes y cuelgan de los hocicos como cortinas embarradas.
La pesadilla ahora traspasa los portones oníricos y acaba de instalarse hasta en su borrachera.
Horrorizado corre los perros a patadas y en la lucha encuentra un anillo que cree reconocer de la mano de su amada.
¡No puede ser!
¡Está enloqueciendo!

Son las seis y media de la mañana y está sentado en la tierra, con la pala en la mano, descansando. El cuerpo fue enterrado nuevamente.
¿Qué le espanta más? ¿La sensación en la nuca de estar siendo observado constantemente o la idea de que la muerta comida por los perros es la que vio en el comedor de su casa?
Tal vez ellas se levanten en una noche romántica y busquen su justa venganza, reventándole los huesos y hundiéndolo en el vacío de la muerte, logrando completar un proceso que él no se anima a cerrar.
El círculo maldito debería terminar con la osadía de sus venas tiñendo de rojo la carrera de bestia rabiosa suelta en las calles de un Santiago que se niega a despertar. Se recuesta donde está y duerme.
Cuatro horas después, Cándida lo despierta, está asustada… ¿Está asustada?
¿Por qué siente, por ratos, que su amada es un digno adversario, socavadora de almas, y no una tierna y frágil criatura como él la cree?
Se arrepiente de sólo pensarlo y la abraza.
La ama.
Se ha convertido en un demonio por un acto piadoso de amor.
Lautaro la ve y revive.
Ella lo lleva a la casa, lo lava y lo recuesta. Se queda junto a él hasta que se duerme y parte a trabajar.

...continuará

3 comentarios:

Musaraña dijo...

Noooooo, no puedo esperar...jajaja

Sabes lo que me gusta? Que consigues darle a los personajes de tus historias personalidad. Podemos saber como son,como piensan y actuan. No se trata de personajes planos, y haces que en cierto modo podamos enterderlos.

Genial

Córdoba Uyulala dijo...

Qué terrible esa percepción de su amada como el digno adversario. Un insight tremendo. No puedo esperar, Escarcha.

Marie dijo...

Ahhh cielos...matará a su amada????
Please continua pronto...no nos dejes asiiiiiii!!!
Besos!

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