Se resiste a ser llevada a la presencia suprema, intenta liberarse, intenta gritar, intenta implorar, intenta...
16 años, carne tierna, belleza fresca, ojos color miel, intenso ardor en la mirada, herida lacerante en los labios.
Carga con el honor de haber sido elegida.
Será la diosa que el dios anhela.
Será la suave frazada que caliente su cuerpo y el dulce manjar que empalague sus papilas gustativas.
Será la diosa que el dios anhela.
Será la suave frazada que caliente su cuerpo y el dulce manjar que empalague sus papilas gustativas.
Será la tibia vagina y la dulce leche.
Mariela ha sido elegida y la conducen hasta él.
Llegan a la entrada de la cueva, un vaho a podredumbre sale del interior oscuro.
Los fuertes morenos la empujan y quedan en la entrada custodiándola, cuidando de que no escape al honor.
Mariela ha sido elegida y ya está en su morada, lo escucha venir, nunca antes lo vió pero sabe que el que se acerca... es él.
Un año de buenas cosechas, de lluvias justas, de soles ligeros, de tierra fértil.
Un año que esperan poder repetir.
Mariela ha sido elegida y tiembla.
En la oscuridad lo siente, lo huele. Una garra rompe el bretel del vestido que cae hasta la cintura y la furia se hace presente. Grita, golpea, llora, patea.
La bestia parece una especia de perro inmenso, siente que la ha mordido y sangra pero el instinto de sobrevivencia es aun más poderoso que el pánico y el dolor.
Los guardianes retroceden cuando escuchan los gritos y huyen al bramido de la bestia, al llegar a la aldea comentan que el díos quedó más que satisfecho con la ofrenda y bailan alrededor de una fogata.
Mariela ha sido elegida y aún no sale de su sopor, está parada en un rincón de la cueva, aprisionándolo contra el muro, los ojos acostumbrados ya a la oscuridad, las manos cerradas en torno al cuello de la bestia, los dedos hundidos en la carne tierna, la sangre aun caliente mezclandose en los dedos, embadurnándole los brazos, decolorando el vestido resumido en su cintura, bañando los pechos, haciendole cosquillas en las axilas.
Mariela ha sido elegida, su chupa la mano y suelta el cuerpo que cae produciendo un chasquido.
Mariela ha sido elegida, se limpia las uñas mientras se interna aun más en la cueva, se rasca la cabeza y observa curiosa... la nueva diosa pedirá que no se ofrenden más niñas, que la cabeza del que las eligiera sea rebanada en la entrada y que los guardianes donen su sangre en grandes copones dorados.
Desde ese instante... se hará justicia.
8 comentarios:
Y se hará la luz.. Y todos/as soltaremos nuestras vendas, pq
la luz del día ya no nos dañará
los ojos.. Nunca Más!
Afecto inmenso, mi gran amiga.., y mi agradecimiento eterno..
Male.
(Te comenté el post de ¡No sé!)
¡Muy bueno! La vuelta de tuerca justa, medida, necesaria...
¡Que caigan las condenas de las niñas vírgenes! Loada sea la Diosa que acaba con lo sacrificios de las partes más sensibles y rompe las cabezas de los asesinos. Tus escritos son cada día más hermosos y la esperanza tiene forma en ellos. Te quiero.
Ahi le has dado!! Me encantan los personajes femeninos de tus historias...
Mujeres al poder!
Muy bueno!!;D
Vamos las chicas!!
0.o waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa y tiene sed de justicia!!!
aaaaaa esta presioso :D wiiiiiiii
ayyy lo admito, me dio miedito cuando empezaba a leerlo y mas aun con esa imagen...ahhh si se me puso la piel de gallinaaa!!!ahhh pero el final...buenazooo, me encanto ese final, que ruede la cabeza de quien se cree con derecho a elegir quien ha de morir jejeje
Que se haga justicia en esa y en otras tantas miles de cuevas con monstruos carnivoros que habitan en ellas.
Maravilloso relato de terror y justicia, que permiten pensar que algunos demonios algún día serán sus propias víctimas.
Un beso, preciosa. Eres única
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