No importó la fuerza que realizó para resistirse, el hombre la sometió a sus bajos instintos, golpeándola, humillándola con palabras atroces, abriendo la carne que la niña mujer cuidaba con preciado orgullo.
No le bastó el martirio físico que le impuso a ese frágil cuerpo, antes de retirarse terminó de rasgarle la ropa dejándola semidesnuda, herida, avergonzada y vencida, en medio de ese basural maloliente al que había sido arrastrada.
La niña mujer lloró fuerte y a los gritos con la esperanza de que alguien la escuchara. Veinte minutos después se irguió con dificultad y arrastrando los pies se alejó del lugar tapando su cuerpo con pedazos de tela, la ropa había quedado reducida a jirones enlodados.
Quería llegar a su casa y hundir la vergüenza en el pecho de su madre, desarmarse en su regazo en piezas diminutas y que nadie pudiera rearmar. Quería perder la mirada y no volver a ver aquellos ojos lascivos, esa nariz curvada que le daba el aspecto de un ave carroñera. Todos los sentidos, quería perder. ¡Todos! Olvidar el olor a suciedad y alcohol. Desterrar la sensación, aún tangible, de aquellas manos en torno a su piel.
El dolor de la madre, la desesperación e impotencia no ayudaron mucho.
No le bastó el martirio físico que le impuso a ese frágil cuerpo, antes de retirarse terminó de rasgarle la ropa dejándola semidesnuda, herida, avergonzada y vencida, en medio de ese basural maloliente al que había sido arrastrada.
La niña mujer lloró fuerte y a los gritos con la esperanza de que alguien la escuchara. Veinte minutos después se irguió con dificultad y arrastrando los pies se alejó del lugar tapando su cuerpo con pedazos de tela, la ropa había quedado reducida a jirones enlodados.
Quería llegar a su casa y hundir la vergüenza en el pecho de su madre, desarmarse en su regazo en piezas diminutas y que nadie pudiera rearmar. Quería perder la mirada y no volver a ver aquellos ojos lascivos, esa nariz curvada que le daba el aspecto de un ave carroñera. Todos los sentidos, quería perder. ¡Todos! Olvidar el olor a suciedad y alcohol. Desterrar la sensación, aún tangible, de aquellas manos en torno a su piel.
El dolor de la madre, la desesperación e impotencia no ayudaron mucho.
La denuncia policial no se hizo para ocultar la vergüenza.
Los días que le siguieron fueron torturas para su sensible psiquis. Las huellas de la violación quedarían en su mente, en el alma, y pronto crecería en su vientre.
La falta de menstruación se la ocultó a su familia y se la negó a ella misma. Se torturaba enfundándose en duras fajas y de noche, dormida, se pellizcaba el vientre, desnudando entre sueños, el odio y rechazo que sentía por lo que crecía en su interior.
En el sexto mes comenzó hincharse… los pies eran brasas ardiente al caminar. La faja ya no podía ocultar el ensanchamiento de caderas y se sometió a rigurosas dietas. Cuando se recostaba y miraba el vientre, extraños bultos aparecían y desaparecían a simple vista. Algo crecía en su interior, rápido e insolente, desoyendo los lamentos de la que lo albergaba. Ella no quería imaginarlo y jugaba a ignorarlo.
Un viernes a las tres de la mañana se despertó desbordada en profundos calambres, lloraba tapándose el rostro y ajustando una mano en su boca para enmudecer cualquier quejido o sonido de dolor.
Los días que le siguieron fueron torturas para su sensible psiquis. Las huellas de la violación quedarían en su mente, en el alma, y pronto crecería en su vientre.
La falta de menstruación se la ocultó a su familia y se la negó a ella misma. Se torturaba enfundándose en duras fajas y de noche, dormida, se pellizcaba el vientre, desnudando entre sueños, el odio y rechazo que sentía por lo que crecía en su interior.
En el sexto mes comenzó hincharse… los pies eran brasas ardiente al caminar. La faja ya no podía ocultar el ensanchamiento de caderas y se sometió a rigurosas dietas. Cuando se recostaba y miraba el vientre, extraños bultos aparecían y desaparecían a simple vista. Algo crecía en su interior, rápido e insolente, desoyendo los lamentos de la que lo albergaba. Ella no quería imaginarlo y jugaba a ignorarlo.
Un viernes a las tres de la mañana se despertó desbordada en profundos calambres, lloraba tapándose el rostro y ajustando una mano en su boca para enmudecer cualquier quejido o sonido de dolor.
Desesperada se levantó de la cama y un líquido caliente le bañó la entrepierna.
Su violador seguía torturándola con las secuelas, que su cuerpo se negaba a olvidar.
En realidad era líquido amniótico lo que mojaba su ropa interior, pero ella no lo sabía. Se sacó la prenda intima y corrió a la calle en camisón. Dos cuadras más tarde ingresó en una zona montuosa. Por momentos era tan profundo el dolor, que tenía que agacharse y arañar la tierra, dejando en ella parte de las uñas. Corrió unos metros más hasta que su anatomía no pudo seguir, cayó de rodillas y apoyando las manos en el pasto, pujó con furia, el rostro enrojecido y bañado en sudor. El instinto le decía que hacer y ella obedecía… en silencio.
Abría la boca en un mudo grito delirante y miraba el cielo implorando piedad.
...
11 comentarios:
HOLA COMPAÑERA! MERECIDO HOMENAJE EL DE MALE PORQUE CÓMO ESCRIBES, DIOS! (SE TE ECHA DE MENOS)
NOS VEMOS PRONTO, EN SEPTIEMBRE SI DIOS QUIERE!
UN FUERTE ABRAZO!
CARLOS (EL PITUFO GRUÑÓN, ERA ASÍ, NO? JE, JE!)
Carlos!!! hombre que alegría tu comentario!!! nos vemos en septiembre!
che como va la pancita de gema??? creciendo????
waaaaaaaaaaaa!!!! que cosas 0.o waaaaaaaa
como que jaja ya necesita leer algo asi
y waaaaaaa hasta septiembre!! wiiiii
Mujeres fuertes, q no se dejan abatir por el dolor, por muy
fuerte q éste sea, aunque les
revuelvan las entrañas!!!!
Gracias y mil veces gracias,
por ponerte en su piel, amiga
con la maestría de quien empatiza
antes de calzarse los zapatos
de alguien!
Shibumis de luz y vida, en este
miércoles!
Male.
Jo!! ¡Qué bien escribes! ¡Creí que me iba a estallar el corazón!
¡Cómo os admiro a Male y a tí!!
¡Sois lo que yo quiero ser cuando sea mayor!!
Kisses!!
LA ESCRITURA EN TUS MANOS, PARA
UN NEÓFITO COMO YO ALCANZA NIVELES
ELEVADOS DE ATENCIÓN Y DISFRUTE!
UN PLACER,
SALUDOS!
RAÚL
Justo cuando la cosas estaba de lo más interesante....continuará! Tu si que sabes dejarnos bien con la intriga...
jo que mono tengo
muchas gracias por sus comentarios gente!!!!!
El de Nuria me mató jajajaja
cuantos años tienes niña???
y porque supones que Male y yo somos grandes???
:-(
;-)
MALE Y YO SOMOS MUJERCITAS, RECIEN SALIDAS DEL CASCARÓN CHEEE!!!!
;-D
Saludos Nuria y un gran abrazo.
gracias de nuevo a todos
¡Creo! Espere usted que lo mire:
¡A ver donde he dejado los lentes!
¡Jo y ahora la dentadura que se
ha caído en el vaso de martini,
el tercero en esta mañana, porque
sabe usted, como me medico!!
Vale, y ahora, sí, en serio:
Cuarentay... ¡Dejemoslo ahí!
¡Que lo dicho, que si hay otra vida, yo le pido permiso para suplantarle la identidad y la
de Male, dos x una!
¡Besicos!
Nuria
(La de los martinis "blandos")
me encantó lo de los martinis!!!
pues yo por aqui me castigo con un café con whisky (para entrar en calor!!!) y es que el invierno amerita un buen trago pa calentar las patas!!!
jajajaja MIRA COMO DESCUBRO QUE ERES DE LAS MIAS!!!!
y ya se me cayó de nuevo el cigarro en la taza, pero no importa, con un poco de ceniza es mejor!!!
:-D
saludos!
Escarcha (la de los whiskis con un poco de café!)
¡Con tropezones, el whisqui sabe mejor!! ¡Ay, dios mío, lo que hace
el frío, y en mi caso, la falta de:
[..]
Continuará!
¡Aunque yo creo que tendrá que ser
ya mañana, porque estoy viendo borroso!!
Nuri (¡La que ve como los muebles de su casa se mueven, sin que nadie
la crea!)
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