Se esconde bajo la cama, es tan pequeño que ni siquiera se esfuerza. Su diminuta complexión queda equitativamente distribuida entre las sombras y las luces.
Siento que debería apiadarme, tomarlo y acunarlo, pero me alejo y me siento dándole la espalda.
Hay una hendidura, una falla extensa que me advierte de algunas desavenencias, de abismos punzantes, vendajes húmedos y pequeñas pastillitas blancas.
Me ofreces una cuerda y yo juego a saltarla.
Rebanas la esperanza a las 11 de la noche pero a mi me apetece desayunarlas.
Cuando la cruz del sur se enmarque cambiarás de apariencia.
Siempre te adivino rasgos extraños, como los fantasmas que antes me asaltaban en la cuna pero que de niña grande aprendí a ignorarlos, como los gatos y las cucarachas que me rozaban las piernas y que mamá me pedía dejara de inventarlos, que no había nada, que no jodiera y le cagara la vida.
A veces te mimetizas con las sábanas blancas y la mañana se me pierde tratando de encontrar tu forma asexuada.
Cuando el presupuesto falla y no alcanza, me dejan para el otro día, porque soy buena, porque no me rompo los dientes en los hombros ajenos, esos días son varios los que me acompañan.
Y si la enredadera polifacética de lo insano me abarca, prefiero vivir con ellos a ser la baratija decorativa de la celda que me está deshidratando el alma.
Mañana, cuando desenvaines tu nueva cara, trae mermeladas de raíces agrias para acompañar las tostadas de esperanza, que hoy he lamido los barrotes buscando una cura naturista y el mal sabor todavía me acompaña.
Siento que debería apiadarme, tomarlo y acunarlo, pero me alejo y me siento dándole la espalda.
Hay una hendidura, una falla extensa que me advierte de algunas desavenencias, de abismos punzantes, vendajes húmedos y pequeñas pastillitas blancas.
Me ofreces una cuerda y yo juego a saltarla.
Rebanas la esperanza a las 11 de la noche pero a mi me apetece desayunarlas.
Cuando la cruz del sur se enmarque cambiarás de apariencia.
Siempre te adivino rasgos extraños, como los fantasmas que antes me asaltaban en la cuna pero que de niña grande aprendí a ignorarlos, como los gatos y las cucarachas que me rozaban las piernas y que mamá me pedía dejara de inventarlos, que no había nada, que no jodiera y le cagara la vida.
A veces te mimetizas con las sábanas blancas y la mañana se me pierde tratando de encontrar tu forma asexuada.
Cuando el presupuesto falla y no alcanza, me dejan para el otro día, porque soy buena, porque no me rompo los dientes en los hombros ajenos, esos días son varios los que me acompañan.
Y si la enredadera polifacética de lo insano me abarca, prefiero vivir con ellos a ser la baratija decorativa de la celda que me está deshidratando el alma.
Mañana, cuando desenvaines tu nueva cara, trae mermeladas de raíces agrias para acompañar las tostadas de esperanza, que hoy he lamido los barrotes buscando una cura naturista y el mal sabor todavía me acompaña.
5 comentarios:
Sencillamente, Genial! Tus relatos le dejan a uno K.O!!
Te espero en el país de los bosques, desde hoy también tu rincón!!
Un abrazo y mucha suerte!!
Leo el texto, lo releo, busco desconectar de él, pero voy por la tercera vez y cada una es mejor que la anterior, me envuelven las palabras, las dejo acompañar por la música del blog, y siento ese sabor amargo de los barrotes en mi boca.
Genial
¿Puede ser que cada vez narras de forma más poética? Un aire así como Bram Stoker, tétrico y a la vez bello.
Me rompo los dientes en hombros ajenos, tostadas de esperanza, celda que deshidrata el alma....cada frase una joya.
(Otra vez se me adelantaron, pero porque ando con gripe. La próxima soy primer) :)
MAIL PARA TODOS LOS COLABORADORES EN EL PAÍS DE LOS BOSQUES, EN:
gotasdevidabosques@gmail.com
POST EN EL PAÍS DE LOS BOSQUES RECIÉN HORNEADO, CON IMAGEN_REGALO DE MALENA PARA TOD@S, Y EL CALENDARIO DE PUBLICACIÓN CON LAS ÚLTIMAS INCORPORACIONES DE MARÍA Y SILVER!!
QUÉ TAL TODO, COMPAÑERA?? UN ABRAZOTE!!
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