Por las rendijas de la ventana, confirmó que la casucha estaba en medio de la nada. Una maleza tupida la rodeaba.
Veía el cielo si se agachaba y encontraba el agujero indicado en la ventana de madera carcomida.
Oscureció, amaneció.
Ella entró varias veces, sin tocarlo, sonriente e insinuante, con escasa ropa. Siempre con ese hedor a sucio y a transpiración.
Lo desataba por ratos y se sentaba a observarlo.
Oscureció, amaneció.
Oscureció, amaneció.
Calculó que podría ser su tercer día.
La gorda entró despacio con el desayuno. Café, pan, manteca.
Se sentó a su lado e intento besarlo. Julián volteó el rostro. Ya no le sentía olor a la mujer pero era tal vez porque ahora él ya olía igual que ella. Extrañaba la ducha, el jabón, el olor a manzana verde de su shampu.
-Si vos me amas, te prometo ser solamente tuya -le dijo en una especie de súplica- hoy mismo podría ser solo tuya, pero ámame. Quiéreme.
Los ojos celestes de Julián estaban inexpresivos, por ratos, fiel a su estilo le tenía piedad y quería perdonarla.
-Mirá como será que te amo, que voy a renunciar a todo -le aseguró y se levantó bruscamente, salió de la habitación sin cerrar la puerta y se dirigió a otro habitáculo que aparentemente estaba a la derecha de donde se encontraba él.
Se escucharon los gritos de la mujer que ordenaba -Vete, vete de aquí, ¡fuera!
Quejidos, lucha.
Por fin apareció en escena un muchacho rubio, de ojos claros, que lo miró desesperado.
Estaba pálido, con el cabello largo y una barba tupida. Se lo notaba, a simple vista, cansado y atormentado. Cuando ella se le acercó y lo empujó cayó de rodillas sin dejar de mirarlo.
-Fuera, vete, ya puedes irte.
Tenía marcas en los brazos. Aquel hombre, también había estado atado.
Le hechó una última mirada y desapareció por la puerta corriendo como poseído.
-Ya está, ahora soy tuya y de nadie más, quiero que me ames- le ordenó y cerro la puerta nuevamente.
Eran tantos los pensamientos, conjeturas y explicaciones que se amontonaban en su mente que necesitó cerrar los ojos para no perderse en el abismo de una locura próxima.
Por fin reaccionó a lo que le estaba pasando y lloró.
Oscureció.
Se despertó con un ruido en la celosía de madera y se sentó para escuchar mejor o al menos ver que pasaba (aún dormía en el piso, no se había acercado a la cama, sentía que hacerlo sería darse por vencido).
Crak, crak, tuc, tuc, un último crak y se abrió.
El muchacho que había sido dejado libre esa mañana ingresó en puntitas de pie, le sacó la mordaza y preguntó tembloroso mientras intentaba desatarlo.
-Decime en que día y año estamos.
-Creo que es viernes, abril del 2010 -le contestó a penas pudo.
-¡Dios mio! Esta hija de puta me tiene aquí desde julio del 2009 -le brotaban las lágrimas y dejaban caminos en la piel avejentada.
-¡Dios!- volvió a murmurar desesperado, luchando con las ataduras, temblando, sudando, llorando.
Se escuchó un ruido y el rubio de cabello largo se dio media vuelta horrorizado.
-ahí viene. Si me ve, me mata.
-¡Desatame!
-¡Si me ve, me mata! perdoname, si me ve, ¡me mata!
Y nuevamente saltó la ventana desapareciendo en la noche.
Julián desesperado se levantó para intentar saltar y la vio con una pala en la mano, sonriéndole desde afuera. Cerró la ventana guiñándole un ojo y lo dejó de nuevo en la oscuridad de su habitación. A los diez minutos se escuchó un aullido.
...
Desde esa noche Julián duerme en la cama.
Vencido, aturdido, seducido por la locura.
Tal vez, dentro de su conformismo, alguna noche se decida a dormir con ella.
Fin
5 comentarios:
Re_Genial...!
Besitos, mi niña.., y Dulces Sueños, esta semana q pronto comienza..
Male.
Acabo de leer los dos últimos capítulos de un tirón, cada vez te superas, es un autentico lujo para los que te seguimos que nos deleites con tus historias, abrumadoras, inquietantes, misteriosas pero siempre ingeniosas, interesantes y con una construcción impresionante.
Enhorabuena por esa imaginación desbordante querida amiga
Genial... ¿te has dado cuenta de que eres la caña? De verdad que seguirte es un placer.
Gracias por dar tanto con las palabras.
Un beso
Me gusto!
Arnaldo
Muchísimas gracias por tus palabras hacia Malena!
Un abrazo, y como diría ella,
Momentos Dulces..
Carlos
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