Monstruos que retozan en este sitio:

martes, 2 de febrero de 2010


Terminó la absurda película que había estado viendo por obligación, el control remoto no estaba y tenía pereza de levantarse. Apagó el televisor.
Eran las dos de la madrugada y el sueño brillaba por su ausencia.
Se puso a pensar en los monstruos que acababan de aterrorizar a los pasajeros que naufragaran en una isla desconocida.
Pensó en las reacciones de los actores que jugaban a ser víctimas, en la mentalidad del escritor.
¿Quién podría escribir sobre demonios o brujas, fantasmas o duendes sicóticos? ¿Cómo se las ingeniaba? ¿Cualquiera podía o tenía que tener cierta predisposición a lo fantasmagórico? Sonrió. ¿El escritor, realmente se creía toda esa porquería? ¿Por qué no escribir sobre el amor, la guerra, la discriminación o las tertulias de gente inteligente? ¿Quién podía hacer un guión basándose en relatos absurdos que ni él mismo se los creía?
Se dio media vuelta y miró el reloj con sus numeritos luminosos.
Las tres de la mañana "la hora de las brujas" reconoció con gracia.
Quiso acomodarse de nuevo cuando la cama petiza comenzó a moverse casi como temblando poseída.
Pensó asustada que era un temblor hasta que lo oyó quejarse y se asomó por el borde de la cama.



Un ser monstruoso y grande, gris y deforme luchaba por salir de abajo de la cama.
Gritó histéricamente mientras se abrazaba a la almohada. El monstruo había dejado de luchar y con la mitad del cuerpo fuera pegaba manotazos intentando agarrarla mientras le mostraba los dientes puntiagudos, amarillos, casi podridos, agusanados, en una mueca grosera que intentaba ser risa.
Saltó de la cama hacía la puerta lo más lejos que pudo pero el puño grisáceo y purulento se le cerro en el tobillo apretando con tanta fuerza que los huesos crujieron sonoramente mientras se trituraban. La mujer seguía gritando, dando alaridos graves, se agarraba del picaporte y las manos se resbalaban. El monstruo pudo más y logró atraerla haciéndola perder el equilibrio. Metió el pie en la boca, abriéndola asquerosamente, era una boca desarticulada y que emanaba olores pútridos. El muñón apareció en seguida y la bestia masticó el pie escupiendo algunas falanges.



¿Te animas esta noche a las tres de la madrugada, "la hora de las brujas" a burlarte de las apariciones y los demonios? ¿de las brujas y los monstruos?
Búrlate y luego anímate a mirar bajo tu cama... si sobrevives, luego me cuentas.


4 comentarios:

Lourdes Santos Bajo dijo...

Tienes una imaginación desbordante y además sabes contar historias que enganchan hasta el final.
Un don que no tiene cualquiera.
Saludos.

Malena dijo...

DESDE QUE NO MIRO DEBAJO DE LA CAMA, ESTOY MÁS TRANkILA!
DEJEMOSLO ASÍ... (AUNQUE TENGO UNA CURIOSIDAD Q...)

YA TE kONTARÉ!

ABRAZO_INMENSO AMIGA!

BSS!

MALENA

Musaraña dijo...

Creo que a esa hora después de leer esto, no me atreveré ni a ir al baño...jajaja

Muy bueno! :)

madroca dijo...

Pero que "mala" eres, con lo tranquilo que me levantaba yo a esas horas, ja, a ver quién se levanta ahora

Buenísimo escarcha.

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