Cuando se acerca es imposible dejar de
sentirlo.
Pone la tilde en cada pasaje oscuro y
se desplaza haciendo zig zag, rodeándote... ¿te falta el aire?
Seguramente ya corre por tus venas en una carrera esquizoide ansioso
por llegar al centro de tu pecho. Revelará el rostro que ocultas,
aquel que tus padres te enseñaron a esconder.
-No tengas miedo- te
gritaban cuando te saltaban las lágrimas de puro cobarde. Y ahora
estás a un paso de esconderte tras las palmas de las manos.
Nadie te entendería si lo contaras y
seguramente... todos lo harían.
Cuando se acerca es imposible dejar de
sentirlo.
Como el caso de María.
Entró a su casa, cerró con
llave la puerta, le puso cadena y de esta manera se aseguró de estar
desconectada de los horrendas perversiones que deambulan por los
pasillos del edificio, lo que no sabe es uno se ha colado por la
ventana mal cerrada del lavadero y ahora la espera con sigilo,
escondido, mirándola por el resquicio de la puerta de madera que
separa el habitáculo donde ella se encuentra desvistiéndose del
siguiente donde él está jadeando. Una respiración llama su atención y se concentra en el silencio teñido de pequeños ruidos
que desbaratan el equilibrio sano de su morada.
Cuando se acerca es imposible dejar de
sentirlo.
Está en su cuerpo antes de saber que
una aberración la espía desde la otra habitación.
Siente que está en su sistema, minando
sus órganos, esgrimiéndole mentiritas al corazón para que se
acelere y la sangre se revuelque por las venas dejándole los oídos
abotagados. Tendría que tener todos los sentidos expectantes pero
él se ha apoderado de ellos haciendo que alucinen y descubra demonios en lugar de intrusos.
Le ha lavado el cerebro, el señor
miedo ha inoculado veneno en cada una de sus células y por más que
lo intente no podrá razonar con coherencia.
La puerta se ha
abierto y los ruidos enigmáticos ahora tienen forma, mirada
amenazante y una sonrisa de dientes faltantes. María está doblegada
por el tirano miedo, las piernas no le responden y grita tanto que la
garganta arde. Mister miedo le gangrena los órganos, ella quiere
escapar pero está en una dimensión desconocida y no conoce la
salida de emergencia. Cuando el faraón miedo se acerca es imposible
dejar de sentirlo.
Huye entorpecida, su amigo el miedo no
colabora. El engendro le dará alcance.
-¿Por qué no te defendiste? -Le preguntará
alguna amiga desubicada mientras aun le duelen los espasmos dejados
por el zar miedo en su lóbulo frontal y estará a un paso de
esconderse tras las palmas de las manos.
María, nadie te entendería si lo
contaras y seguramente... todos lo harían.
13 comentarios:
Hermosa construcción, ahora conozco un poco más al miedo que podría ser una buena manera de dejar de tenerlo... ¡Felicitaciones Diana...!!! Lo voy a lucir en Paracuentos
Ayyyyyyyyyyyyy!!!! Es así! No se sabe qcomo explicarlo, pero todos lo comprenden!
Nena, te luciste con este texto!
Bravo, mujer!!!!
Besos embrujados, Di!!!
P/D: Viste la de pelis que pasan en el cable estos 2 días???
FIESTA, FIESTA DEL TERROR!!! Después comentamos, dale? :)
Diana,has hecho un relato definiendo tal cuál es ese sentimiento que nos paraliza...
Dicen y es totalmente cierto que el miedo es uno de nuestros principales enemigos.
¡¡Me encantó!!
Besazos Diana.
Cuando entra el miedo ya nunca saldrá de uno.
¡Muy buena pieza, Escarcha, en la que transmites -fielmente- el sufrimiento de aquel que está poseído por el miedo!
Este relato me recordó algo en lo que me insistía mi abuelo cuando yo era muy pequeño. "Quién tiene miedo muere mil veces" me decía.
Un abrazo,
Muy buena definición ficcionada de lo que se siente. Lo peor es cuando es una pesadilla y no la puedes soltar, aunque creas saber que no puede ser real.
Sin embargo, que alivio cuando se asume y se le encuentra la parte emocional contra la que hay que luchar.
Un abrazo.
Idóneo para la fecha!!! =)
Besotes
Me haces malpensar XD
Cuando el iedo se posesiona de tu mente, tambien se hace dueño de tus ojos, tu olfato y tus oidos y en ese momento estamos perdidos.
Besos
El miedo no es un buen amigo.
Imposible explicar cuando uno lo siente dentro, cuando le paraliza hasta la propia sangre.
Cuando todo a su alrededor esta deformado por esa sensación que no se marcha con nada.
Imposible explicarlo, pero todos lo entienden, porque todos en algún momento lo han vivido.
Besos mediterráneos.
Hola Escarcha , un relato la verdad es que es escalofriante , y más si tienens un miedo a algo que no puedes ver , eso me hizo recordar , en una ocasión los 4 días que pase con un ruidito de bolsas de plastico , a la misma hora de noche , en mi cuarto ... No sabes el miedo que pase ,jajja besitos de Lm.
Me gusta mucho, Diana, como describes estos personajes supuestamente paranoicos que huyen y se encierran para conseguir todo lo contrario, es decir, enfrentarse cara a cara con lo que les atemoriza.
Besos
Describes muy bien el efecto que causa el miedo, a veces amigo y a veces enemigo... me encanta sentirlo, tal vez soy un poco masoquista, pero me gusta mucho esa sensación de desesperación, y esa parálisis que no te deja correr y que te hace sentir que en lugar de escapar te acercas, atraído como un imán, al origen del miedo... el miedo es una droga de la que soy adicto.
Saludos querida.
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