¡Shhh, silencio! Rosana descansa.
Tiene un pedazo de carne en la mano que a simple vista no se reconoce que es.
Hay una cascada de sangre que intenta coagularse regada por todo su cuerpo, adornandola de tonos oscuros, parece una pintura, un cuadro maldito, un escalofrio violento pincelado en tela.
Sonrie en sueños.
¡Shhh, silencio! Rosana descansa tranquila.
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